Recuerdo cuando unos vecinos dijeron a mis padres que si su hijo llamaba y les pedía dinero que no se lo diesen. Era una familia estupenda que sin saber cómo se vio sacudida por el problema de la droga. Sufrieron mucho, este chico estupendo de pronto siempre estaba con esa mirada perdida que tan bien describen en Cuéntame y físicamente demacrado… Era amable hasta decir basta, cuando era él mismo, porque la droga te cambia. Otro de los momentos que recuerdo es ver encabezar a esos padres las manifestaciones gritando un desgarrador “No a la droga”.
Esto fue en los ochenta, pero en 1979 comenzaba a ser un problema abrumador que se estaba cebando con muchos jóvenes, destrozándoles la vida, incluso arrebatándosela. Años después, más mayor, me di cuenta del infierno que pasaron. Ahora tenemos más ventajas, más información, más conciencia. Aún así todavía hay gente que busca esos pequeños y equivocados momentos de felicidad o de paz que Inés describe a su abuela. La realidad es que esa breve libertad les encierra y les hunde en un abismo.
He decidido recordarlo porque en Cuéntame lo estamos viviendo. Es difícil tocar este tema sin quedarse por encima del gran drama que tiene detrás. Creo que la serie lo está logrando gracias a que el guión está siendo muy sutil con los sentimientos de cada personaje que son potenciados por unas interpretaciones maravillosas de todos. Para el telespectador es violento ver a la familia hablarse tan duramente. Nunca se les había visto discutir así, con tanta desesperación. El propio miedo, desconocimiento e impotencia que sienten hace que se pierdan el respeto, se hagan reproches injustos o no sepan cómo actuar. Duele verles así.
Antonio se entera de lo que le está ocurriendo a Inés y el pavor a que su hija pueda morir en cualquier momento le hace perder los nervios y reacciona tomándola contra todo aquel que se le cruza por delante, especialmente sus hijos y sobre todo Merche. Con mucha soberbia la responsabiliza de la inestable vida que hasta ahora ha llevado su hija, desde su viaje a Londres o su vida hippie en Ibiza, a casarse con el cura o meterse en el teatro. La describe como una consentida. Se equivoca. La responsabilidad principal de caer en la droga siempre es del que decide consumirla. Merche también se equivoca al enfadarse con él porque la dejó sola. No es culpa de nadie, Inés miente a su padre mal metiendo y explotando esa debilidad de ojito derecho que tiene con ella. Miente a todos, sólo con su abuela es más sincera, pero engaña incluso a Carlos. El menor de la familia consideraba que su padre era un déspota exagerado por unos porros de nada. Genial la cara (amoratada) de culpabilidad del muchacho cuando ve que no es así y por haber ayudado a Jaime.
He decidido recordarlo porque en Cuéntame lo estamos viviendo. Es difícil tocar este tema sin quedarse por encima del gran drama que tiene detrás. Creo que la serie lo está logrando gracias a que el guión está siendo muy sutil con los sentimientos de cada personaje que son potenciados por unas interpretaciones maravillosas de todos. Para el telespectador es violento ver a la familia hablarse tan duramente. Nunca se les había visto discutir así, con tanta desesperación. El propio miedo, desconocimiento e impotencia que sienten hace que se pierdan el respeto, se hagan reproches injustos o no sepan cómo actuar. Duele verles así.
Antonio se entera de lo que le está ocurriendo a Inés y el pavor a que su hija pueda morir en cualquier momento le hace perder los nervios y reacciona tomándola contra todo aquel que se le cruza por delante, especialmente sus hijos y sobre todo Merche. Con mucha soberbia la responsabiliza de la inestable vida que hasta ahora ha llevado su hija, desde su viaje a Londres o su vida hippie en Ibiza, a casarse con el cura o meterse en el teatro. La describe como una consentida. Se equivoca. La responsabilidad principal de caer en la droga siempre es del que decide consumirla. Merche también se equivoca al enfadarse con él porque la dejó sola. No es culpa de nadie, Inés miente a su padre mal metiendo y explotando esa debilidad de ojito derecho que tiene con ella. Miente a todos, sólo con su abuela es más sincera, pero engaña incluso a Carlos. El menor de la familia consideraba que su padre era un déspota exagerado por unos porros de nada. Genial la cara (amoratada) de culpabilidad del muchacho cuando ve que no es así y por haber ayudado a Jaime.
Toni y Merche son los que mejor se están dando cuenta de las dimensiones del problema. Toni por un lado, defiende en el buffete a un yonki por un robo, eso le lleva a visitar a la madre de este para hacerle la vana promesa de que está desenganchado. La mujer visiblemente agotada de tantas decepciones, le cuenta lo duro de tener un toxicómano capaz de todo, hasta de robarle para saciar su adicción. Toni sufre mucho al sentirse de lleno identificado y Pablo Rivero emocionando su mirada nos lo trasmitía. Un buen hijo de su madre en la ficción, Ana Duato vuelve a estar espectacular. Cuando la criada dice a la Milano que sabe por lo que está pasando, no puede evitar sacar a flote todo ese dolor e impotencia que la está destrozando. Se le saltaban las lágrimas buscando esa ayuda que a Antonio tanto le cuesta admitir. “Estamos perdidos” le decía ella desesperada al final.
Gracias a la solidaridad de Rufi (grata sorpresa Helena Castañeda) contacta con Pascual, un cura que por instinto y sentido común ayuda a drogadictos como buenamente puede, en ese momento no había ni centros, ni psicólogos especializados. Merche se vuelve a emocionar hablando con él y este le avisa de que lo primero es que el adicto reconozca su adicción, y que aún así, aunque duela, no hay que confiar en él porque va a mentir, a traicionar y a enfrentar a los suyos por conseguir una dosis. Así ocurrió, Inés engaña a Antonio, miente a Carlos y también se aprovecha de la buena fe de su tío Miguel en el día de su cumpleaños. Un aniversario del que Paquita quería formar parte sin darse cuenta de que para él lo más importante es ella. Tremendo el gesto de este al ver a todos preocupados por haberle dado ese dinero, Antonio, furioso, le llama "gilipollas". Es esa violencia en el vocabulario la que hace notar que la situación es desbordante.
En la antigua casa, los hijos presencian cómo sus padres discuten como nunca lo habían hecho. Los reproches de Antonio son demasiado para Merche que explota: “si tenemos culpa, la tenemos a partes iguales” “necesitamos ayuda”. Inés está en peligro, pero el matrimonio también, desconfiar de esa manera y en cuestión de los hijos no puede ser bueno ni siquiera para un matrimonio aparentemente indestructible, ni aunque estos reproches vengan del tremendo miedo que sienten.
Mientras Inés no es consciente del caos que está provocando y no informa de su paradero hasta que Jaime (Rafael Reaño) muere en plena carretera de sobredosis. Una muerte que se veía venir porque la droga la lleva consigo, se tenía que contar de alguna u otra manera. Los dos jóvenes hablaban de ello la semana pasada. Pienso que en ese momento quizás Inés se acordaba de las palabras de su abuela sobre que la gente que te quiere es la que verdaderamente te puede ayudar. Por eso les llama, ha tocado fondo, podía haber sido ella. Magnífica Pilar Punzano. Fue grandísimo adornar la escena con la mítica y bellísima canción del más grande entre los grandes, Bob Dylan y su “Knocking On Heaven´s Door”. Desde el abismo de la heroína llamaron a las puertas del cielo.
NO A LA DROGA
p.d ..Y la sombra de los bancos...amenaza, aunque Antonio no se la crea.
CAPITULO 212. PERDIDOS
Hola, me gustaría saber que canción es la del principio del episodio. Es de Pink Floyd, verdad?
ResponderEliminarUn saludo y espero respuesta ;)
Hola pues yo creo que sí es de Pink Floyd, tengo la misma duda que tú, pero creo que es una versión parecida hecha para la serie.
ResponderEliminarHola, yo lo que quiero saber es el nombre de la melodia que suena de fondo justo cuando el orador y candidato independiente a la alcaldia de Sagrillas da su discurso, justo cuando cita la preciosa frase de Manuel Azaña sobre la libertad.
ResponderEliminarGracias
He intentado buscar esa melodía porque me suena muchísimo desde que se escuchó, es la banda sonora de alguna película y no soy capaz de recordar cual, seguiré dándole vueltas y preguntando. Lo siento.
ResponderEliminarpink floyd- shine on your crazy diamond
ResponderEliminar