CAPITULO 208: ABSTENCIÓN NO ES LO MISMO QUE ABSTINENCIA
La Constitución cuesta el puesto a Antonio en el ministerio. Su vida se llena de ironía, por protegerla, se marcha. Debe ser que la política es así, una ironía, con consecuencias amargas en este caso. Todos se ven desbordados por la huelga en pleno referéndum constitucional. El ministro delega en Antonio toda la responsabilidad del conflicto y no atiende a razones. Los huelguistas, lejos de entender que sus protestas pudiesen perjudicar mucho algo tan importante como la Constitución, desconfían de las promesas de Antonio. Muy ofendido, Alcántara tampoco consigue templar los ánimos. Al final y ya con las presiones añadidas de la prensa, el ministro le ordena "sin ordenar" que aplique una solución drástica para llevárselos de ahí. Antonio a disgusto llama a los antidisturbios y los ingenieros terminan abandonando el ministerio a porrazos.
La Constitución cuesta el puesto a Antonio en el ministerio. Su vida se llena de ironía, por protegerla, se marcha. Debe ser que la política es así, una ironía, con consecuencias amargas en este caso. Todos se ven desbordados por la huelga en pleno referéndum constitucional. El ministro delega en Antonio toda la responsabilidad del conflicto y no atiende a razones. Los huelguistas, lejos de entender que sus protestas pudiesen perjudicar mucho algo tan importante como la Constitución, desconfían de las promesas de Antonio. Muy ofendido, Alcántara tampoco consigue templar los ánimos. Al final y ya con las presiones añadidas de la prensa, el ministro le ordena "sin ordenar" que aplique una solución drástica para llevárselos de ahí. Antonio a disgusto llama a los antidisturbios y los ingenieros terminan abandonando el ministerio a porrazos.