Viendo el especial que la serie dedica
al Día de la Mujer es fácil reflexionar sobre lo mucho que debemos a todas las que no se conformaron con lo que se esperaba de ellas abriendo multitud de vías y derechos. En el
camino a la igualdad se toparon con toda
clase de dificultades machistas que aún hoy siguen dando qué hablar. Todas nos han enseñado desde diferentes perspectivas lo que era ser mujer en
aquellos años. Este es mi pequeño homenaje a todas las chicas Cuéntame:
MERCHE
Desde aquel día que Inés le habló sobre
“realizarse” no ha parado. Entendió que ella podía cumplir sus propios sueños,
por pequeños que fueran. Cada pasito adelante que dio, le supuso previamente una
gran batalla. Mercedes (Ana Duato) ha procurado no conformarse y por ello luchó
con ahínco por su negocio, por Meyni; se
fue a París para mejorar; impartió clases de patronaje y renunció a ellas por
no estar conforme con las directrices sectarias de la Sección Femenina. En 1980 estudia y trabaja y se siente autónoma, plena. "¿Por qué no?", se ha preguntado muchas veces.
Sin embargo, siempre ha
compatibilizado todo con las tareas del hogar y el cuidado de los suyos. Merche tiene la habilidad de abarcarlo todo, pero más de una vez no ha sido así. El
matrimonio casi se pierde al dejarse muy solos, cuando irónicamente trabajaban
juntos. Cuando se quedó embarazada tuvo
que echar el freno a sus aspiraciones. Ese mismo año fue finalista a la “Mujer Ideal”, un concurso que evidenciaba la
hipocresía de lo que se exigía a las
mujeres: ser perfectas dentro y fuera de casa. Si aún
ahora hay que saltar vallas para buscar la igualdad de oportunidades, Merche se ha topado siempre con muros de hormigón. En su
camino se han cruzado neandertales como Tomás, que le pagaba de menos; el
ferretero, que la mandaba a fregar; o don Pablo, al que tenía que aguantar sus insinuaciones y con el que se batía en constante duelo
de poder. Nunca pudo el alférez con la Milano.
En esos años, sin el marido, la
mujer no podía ir muy lejos. Si requerían pedir un crédito se necesitaba la
firma del “cabeza de familia”. Antonio ha
sido muchas veces su peor enemigo, se lo ha puesto muy difícil aunque con los
años hemos visto que menos. Nunca le ha gustado
que su “santa” fuera mejor que él, ganase más dinero o que desatendiese la casa. No le ha quedado otra que aceptar que
estudiase, que llevase su negocio o que se
sacase el carnet de conducir. Una vez Merche le dejó bien
claro el “yo pienso, yo decido” cuando
le ofrecieron colaborar en política.
Antonio ha acabado admirándola profundamente,
sabe lo mucho que vale. Sin embargo,
Merche no podrá evitar nunca el estar
pendiente de él y que nada le falte como
que tenga su sitio privilegiado en la mesa o, por el bien familiar, que no
cocine.
Me gusta que Merche sea tan guapa, inteligente
y sobre todo vital. Es admirable su fuerza de voluntad y su intuición. La temporada pasada lo vimos cuando se adentraba
en el mar respirando instintivamente la vida en una de las escenas más
femeninas y más hermosas de toda la historia de Cuéntame. Qué sería de Antonio
sin el soporte de su Milano o de la familia sin la lucha de esta madre
coraje. Ana nos regaló una de sus mejores interpretaciones, sublime enfrentánose al cáncer. Merche luchó por sobrevivir apoyándose en los suyos y en su propio coraje lo consiguió y nos llenó de esperanza. Ahora para ella la vida tiene mucho más significado y sigue demostrando lo mucho que vale.
HERMINIA
Es de esas abuelas que disfrutan
viendo a los hombres bien atendidos, de las que enseñan a sus hijas el arte de
ver, oír y callar para luego tomar las
riendas de su casa. Herminia (María Galiana) ha vivido con esa educación
tradicional, sencilla, poco amiga de los cambios, pero muy fuerte para
enfrentarlos. A pesar de todo, nunca se ha quitado el moño, ni ha sofisticado
su imagen, lo cual siempre se agradece.
Cómo me gustó recordar esa conversación antes
de mudarse en la que Merche se arrodilla ante ella y le dice lo imprescindible que es en la familia. “Es duro
llegar a viejo” decía. A su vez, está
muy bien lograda la relación con Antonio
de suegra-yerno, en su caso de profundo
cariño pero también con esa distancia respetuosa. También Herminia ha sido una caja de sorpresas, confesó ocultar aquel maestro en el pueblo
durante la postguerra o la vimos disfrutar
de una bonita amistad con Alfredo. Cuéntame no sería nada sin su cátedra, sin
su “ay señor, señor”, sin su comentario al quite, sin su emoción y verdad
abrazando a sus nietos. Para ella lo más importante es recordar a su familia quienes son y que deben
estar unidos. Esta temporada Herminia protege a la familia más que nunca, no quiere remover el pasado ya que piensa que "el que rasca hace sangre", hará lo correcto, a sabiduría nadie la gana.
PURA
Se lo hizo prometer antes de
morir. Las dos abuelas nos trajeron las raíces del pueblo, el recuerdo del hambre vivida, lo tradicional, las migas con chorizo, los
rosarios interminables, el luto...Doña Pura (Terele Pávez) fue uno de los
personajes más bonitos y carismáticos que ha tenido Cuéntame. Inolvidables
fueron todas sus escenas. Contaba los momentos de felicidad con la palma de la
mano luchando contra el dolor y la
rabia generada durante la guerra en la que perdió a varios hijos y un marido. Una pena que la quemaba por dentro y que
endureció su carácter. Pero era un amor cuando se descubría ante los suyos. Consiguió
dejar la soledad de Sagrillas para dejarse conquistar por la gran familia fruto
del esfuerzo de su hijo pequeño. Fue todo un encuentro con Antonio y con el
telespectador.
INÉS
La historia de su vida es una total búsqueda de sentido, sin
encontrarlo. Quizás por eso para mí sea el personaje femenino más frágil de
todos, con más fantasmas y más sensible.
Es muy complejo ya que en esa búsqueda se ha perdido muchas veces. De
muy joven, Inés (Irene Visedo) sentía la inercia de no conformarse con un novio
al uso y siempre le pesó que se le negase la oportunidad de elegir ir a la universidad.
Por ello se vio deslumbrada por la libertad de Londres, la filosofía hippie del
Mydarling, el veneno del teatro, el amor prohibido de Eugenio y la fatalidad de las drogas. En todas estas ocasiones, siempre percibíamos su
disconformidad. Nos lo demostró en Benidorm confesando a Toni su frustración: “yo no me conformo y no sé lo que quiero” "siempre me han dicho una cosa y ahora me dicen lo contrario" "no se qué hacer". Una auténtica veleta, como así la
definió una vez su madre.
Inés (Pilar Punzano) volvió de Argentina endurecida por todo lo vivido, más sola
que nunca y a la vez muy confusa. Tanto que se dejó caer el pozo más profundo, la heroína, con la que creyó
experimentar esos “momentos
de felicidad” que le faltaban. Vimos como la libertad le estalló en la cara. A pesar de todo, Inés no ha perdido esa gran solidaridad y empatía
con los demás para realizar una importante labor social. No dudó en permanecer en la cárcel junto a
aquellas valerosas mujeres, entre ellas la valiente Rosa (Iciar Bollaín), ni en ayudar a una mujer maltratada o en apoyar la lucha a favor de los anticonceptivos. Cuando estuvo dando clases de cerámica, no quería que sus chavales sufrieran su drama
y que su alumna a tuviera un aborto en malas condiciones. Sin embargo, aunque
lucha, da la sensación de que puede romperse en cualquier momento…El año pasado una
dura prueba le hizo casi perder el control, su madre ha sido
siempre su mayor punto de apoyo y verla debil no lo aguantaba. Pero sacó fuerzas y ahora lucha por su carrera de actriz, pero Inés es de vientos que no sabes bien por donde irán.
PAQUITA
Si bien Inés escogía un rumbo muy
particular, otras como ella lo han
tenido muy claro, aunque también la hemos visto dudar. Paca (Ana Arias) vino del pueblo buscando a su
novio que resultó ser, con sus palabras, “homosensual”. Desde entonces no ha
parado de chocarse con una vida muy diferente a la de Sagrillas. Muy anclada en las tradiciones y a sus lloros,
a Quique y a Miguel, les complicó su primera vez. Con el asturiano no funcionó,
se enamoró de su tío y de la ambición de montar un restaurante y de crear
una familia que en su caso resultó numerosa.
Algo que, dada su juventud, y
comparándose con su hijastra, le ha llegado a pesar mucho y a verse en jardines
que no son los suyos. No obstante, Paquita lucha y trabaja con “garra” por darles lo mejor, a veces con excesivo
ahínco. La Loba peca mucho de egoísta con sus ansias por el dinero. Esto la convierte en un personaje muy explosivo. A
pesar de ser terrenal, tiene mucho carácter
y la capacidad de exasperar y derretir a Miguel como nadie. Sin embargo, parece que va a ser la primera en Cuéntame en utilizar la ley del Divorcio, aunque supo perdonar a Miguel una vez...el matrimonio no se recupera.
PILI Y FRANCOISE
Estas dos chicas alegran con sus peripecias la vida de San
Genaro. Pili (Lluvia Rojo), siempre lo
diré porque siempre ha estado con nosotros, es el hada de Cuéntame. Alegra los
capítulos con sus comentarios y abrazos a tiempo. Desde muy joven se ha
intentado adaptar a los nuevos tiempos, siempre con mucho positivismo y algún
que otro tropiezo, también se nos fue a Londres en secreto. Nuestra Pili, no ha
estudiado ni ha vivido tanto como Inés, pero sí ha trabajado mucho y ha acabado
asociándose con Merche y este año anda peinando maquillando en la película de Inés. Es la mejor
amiga por excelencia y siempre ha vivido su modernidad sin importarle lo que se
piense de ella. Es de los personajes más soñadores y queridos, por ello sufrimos cuando los príncipes le salen rana y lamenta
su mala suerte. Es de justicia que algún día encuentre lo que quiere
Françoise (Aida Folch) es el choque con España, se crió en Francia y con desparpajo y mucha sensualidad se enfrenta a los prejuicios machistas de la época. Ella hace lo quiere y como quiere. No le ha importado ser azafata del “Un, Dos, Tres”, ni jugar con la doble moral siendo la amante de su alumno de francés, portada del Interviu o acostarse con aquel horrible productor que se le murió en pleno acto. Françoise es una chica intuitiva, de buen corazón lo que compensa su parte alocada. Disfruta como ninguna poniéndose guapa y vuelve loco a su padre quien, a pesar de todo y con mucha química, la considera su ojito derecho.
En torno a esta edad quién no recuerda a Loli (Nazaret Jiménez),
cuya llegada supuso un boom en San
Genaro. Un personaje descarado, seductor que también coqueteó con el destape y que se
portó muy mal con Clara, encaprichándose de
su marido. La muchacha se enamoró
de la idea de tener una familia como la de su tía. En el fondo quizás estaba muy
sola.
CLARA
No solamente tuvo que aguantar y
perdonar la infidelidad de Desi. El personaje de Silvia Espigado ha estado
marcado por el qué dirán y el machismo
del barrio, siendo uno de los más valientes y nobles. Madre soltera, ha sacado adelante
a Josete como buenamente ha podido. Con
Toni tuvo un amor que acabó siendo un escándalo y al que tuvo que renunciar con
mucha vergüenza. Por suerte en su Canijo encontró el apoyo que necesitaba e
hizo las paces con Merche en una gran conversación de las dos antes de casarse
en la que expresó sus miedos a ser por
fin feliz. Clara esta ahora luchando por su independencia y alguna sorpresa nos dará. Como con Pili, hemos
disfrutado de su presencia desde el capítulo uno, cosa que esperemos que nunca
cambie.
MUJERES DE BANDERA
Otros personajes femeninos maduros han dejado muy buen sabor de boca en Cuéntame
y todos ellos han luchado contra la soledad. Es el caso de Elisa (Emma Suárez),
quien durante la crisis matrimonial de
nuestros Alcántara tuvo que apagar amargamente las velas de una cena que
hubiese sido definitiva. Era un personaje culto, atractivo, modoso, marcado por
lo tradicional pero con ganas de sentirse querida y formar lo que nunca pudo,
una familia. Nos dolía verla con Antonio pero era un personaje delicioso. Un placer ha sido siempre recuperar a Esperanza (Uxía Blanco) que
tuvo que ganarse la confianza de la familia cuando Miguel y ella presentaron a la familia su
romance y sus respectivos divorcios franceses. Era una buena mujer. con clase, y el polo
opuesto a Marie Chantal (Anne Marie Rosier) quien guerreó hasta el final a Miguelón para
concederle el divorcio aunque al final supieron entenderse.
A Esperanza debemos que Merche
pusiese el ojo en la moda. Un talento que
Asunción Riaño (Fiorella Faltoyano) valoró e intentó apoyar. La elegante diseñadora
contaba a Mercedes que emprender su carrera en solitario le supuso la separación de su marido y romper con su familia, cosa que
ella no estaba dispuesta a sacrificar. Recientemente hemos tenido a otra mujer de bandera y con una gran clase
andaluza: Rocío (Marisol Membrillo). La sevillana ha visto en Miguel la oportunidad de sentirse
querida a pesar de ser la
“otra”. Lo mismo le pasó a nuestra Nieves
(Rosario Pardo), la gran amiga de Merche, que también enviudó pronto y a la que
le resultaba muy difícil encontrar a un hombre sin que estuviese casado, hasta hace poco que nos contagió su siempre genuina felicidad cantando por la costa valenciana junto a un buen hombre.
EN LAS ALTAS ESFERAS
Más vale tardar en encontrar a la
media naranja que estar inmersos en matrimonios hipócritas. Este es el caso de
Susi (María José Cantudo) o Pituca (Mercè Mariné). La Pabla, como así la llama Antonio,
soportaba los deslices del alférez con amargura, pero también con un cinismo
pijo y genuino ya que la idea de abandonar su estatus social no entraba en sus
planes. Lo mismo le ocurre a Pituca,
reina de la frivolidad, pero en su caso,
es ella la que quema y ningunea a su marido.
También ha habido otras señoras de gran influencia como Celia Altamira
(Pastora Vega), la madre de Marta, que a pesar de estar en un matrimonio
poderoso, envidiaba a Mercedes por tener esa ambición con la costura. Pero en
su caso era envidia sana, cosa que no ocurrió con Bárbara (Mapi Galán), aquella
estilosa ricachona que le traicionó con sus diseños y que engañaba a Rafael con
el peluquero.
CON CARLOS
De este tipo de mujeres han
intentado huir todas las novias que han rodeado a Carlos y a Toni. El primero de pequeño nos hacía sonreír pensando en que
las chicas eran casi marcianas y más tarde con sus primeras conquistas: Maika (Patricia Ponce), la niña de su vida en el
barrio, y Julia (Claudia Traisac), su
primer romance en el pueblo. En el colegio se quedó prendado de Carola (Ana
Risueño), su dulce y comprometida profesora que más tarde sería pareja de
Eugenio. Incluso llegó a ser pretendido por Fuencisla (Sara Gilsanz), una joven
sagrillense a la que intentó ayudar en Madrid cuando
descubrió que ejercía la prostitución para mantener a su hijo.
El año pasado Carlos anduvo desorientado por los encantos de Arantxa (Nazaret Aracil) y su “ni exclusivo,
ni excluyente” y este año es Lola (Katia Klein) la que le desconcierta con tanta libertad. Karina (Elena Rivera), en cambio, le supone algo más que su primer amor y su
primera vez, es su mejor amiga. Criada un poco a su aire y un paso por delante,
la muchacha es bastante sensata y libre. Con ella vimos lo difícil que era comprar una
prueba de embarazo siendo tan joven. También revolucionó a Carlos en cuanto a
ideas. Recuerdo que ambos sintieron un gran respeto por aquella jovencita
maoísta, Azucena (Raquel López), a la
que se le invitó a abandonar el instituto por sus ideas.
CON TONI
La verdad que los dos hermanos
siempre se han rodeado de mujeres inteligentes, con mucho que decir y que les
han enseñado a ir de frente. Para Toni, Marta (Ana Allen) ha sido siempre mucha Marta
y le supuso el despertar político en la universidad y su historia más intensa,
llena de idas y venidas que siempre le revuelven. Es lo que tienen los primeros
amores. Para Marta su pasión por su compromiso
político ha sido determinante. Desde su estatus quiso formar parte del cambio y
eso le supuso dejar lo que más quería. También en la vida de Toni se cruzaron chicas del partido como Cristina
(Cristina Pousa), la abogada, o Aurora/ Luz (Carla Calpasoro), una buena amiga y compañera desde la clandestinidad que descubrimos que sufría al
tener al marido en la cárcel.
Han pasado varias fotógrafas por su
vida. Mila (Irene Montalá) no se mereció ser engañada y con Carmen (María de
Medeiros) vivió un breve e intenso romance en Portugal durante la Revolución de
los Claveles. Sin embargo, ha sido Juana (Cristina Alcázar) la que más estabilidad le
ha dado, la quiso mucho. Gracias a su profesión la chica pudo ser testigo de
grandes eventos como los discursos del caudillo o fotografiar la peluca de
Carrillo. También lloró con amargura avergonzándose de que su padre fuese policía de la Brigada Político Social. Finalmente su
relación se agotó y ahora nos ha sorprendido con haberle ocultado a Toni su paternidad. Mientras ella tenía al bebé, Toni encontró aire en la vitalidad argentina de Cecilia (Valeria
Alonso) tras dudar mucho con Sonia (Carolina Clemente), su compañera del bufete con
la que luchó mucho por defender una abogacía más justa . Ahora mismo en su vida se ha cruzado Angela (Sonia Jávaga) su compañera de radio, otra chica inteligente, trabajadora y de carácter.
Y no quiero dejar a un lado otros personajes que han sido amantes de sus jefes. Lola
(Lidia Otón) hizo justicia con Antonio ajustando cuentas a don Pablo ya que
este la trató como un juguete. Peor suerte tuvo este año
Beatriz (Àngels Bassas), la compañera de Merche de la inmobiliaria que se sintió utilizada por su Tomás. Triste final tuvo este año este personaje, se quedó sola y se alejó de su familia. Merche estuvo con ella en sus últimos momentos de vida. En cambio Rosario
(Thais Curia), la secretaria de Antonio en el Ministerio, consiguió gracias a este
dejar de ser acosada.
Un recuerdo merece Begoña (Blanca
Portillo), la profesora de universidad de Merche que le abrió los ojos a reivindicar los derechos de la mujer y del país. Las chicas del Edén también trajeron cola, Desi estuvo
a punto de casarse con Conchi (Eva Fernández) pero esta le dejó porque no quería que las habladurías le perjudicasen. Este año también hemos tenido a Maria José (Lluisa Castell), que se nos asemejaba a Encarna Sánchez, la poderosa locutora de radio, y que se sintió tristemente rechazada por Inés. Se agradece el ver a personajes de siempre como Liceria (Alicia
Sánchez) o la joven Luisa (Ramos López), felices con su vida sagrillense dispuestas a ayudar en lo que sea. Y no hay que olvidar lo esencial, el constante cotilleo de Josefina (Pepa Sarsa) y la
presencia de la eterna Valentina (Alicia Hermida), siempre entrañable con sus sueños y sus
ganas de vivir la vejez con libertad ya que se tuvo que ir muy pronto al asilo. Ella siempre ha sentido una envidia sana de las más jóvenes. Este año vivimos su fallecimiento. Ha sido tan importane su papel y el trabajo de la actriz en Cuéntame que le dedicamos este post.
No ha sido sencillo escribir un
recopilatorio de todas las damas que han dejado huella a lo largo de estos diez
años. Lamento en el alma dejarme a alguna o quedarme corta, pero me ha gustado recordarlas a todas. Valoro que la serie cuide y mime la representatividad femenina y que se apoye en grandes
actrices. Todas son víctimas de sus circunstancias y de
la época, y una gran parte de ellas han
presumido sin pretenderlo de instinto y de fuerza de voluntad a la hora de no permitir que les digan lo que deben hacer y
pueden ser. Y es que es verdad..., las chicas Cuéntame son muy guerreras.
A vosotras.
pd. Se me olvidó mi MARÍA. Esa niña preciosa ( antes Esmeralda García y ahora Celine Peña) que fue toda una alegría para la vida de los Alcántara, les convirtió en familia numerosa. Como buena hija de Milano no quiso que las monjas del colegio del barrio de Salamanca la trataran injustamente. La pequeña hace las delicias de su madre y de su padre, aunque este quisiera que hiciera dos comuniones para conocer al mismísimo Suárez cosa que a ella le importaba más bien nada. Vive intensamente los cuidados de su abuela, que la mima y apoya como nadie. El fallecimiento de Félix Rodríguez de la Fuente le supuso un duro golpe, muchos niños lo lamentaron. Ahora no gana para mascotas. Y es que María forma parte de esa generación ya criada en Democracia que recogerá los frutos de todas las citadas anteriormente.
Hola...
ResponderEliminarEscribes precioso, siempre se me saltan las lágrimas aunque lo escrito no sea tanto para ello, pero tus palabras siempre me emocionan y enternecen.
Vuelvo a decir lo bonita que es la serie y lo bien que refleja toda aquella época. Lo bien que refleja la personalidad de cada protagonista y de la forma que nos identificamos con muchos de ellos. A mí me llena constantemente de emoción, me hace tener una sensación de trasladarme en el tiempo y vivir ciertas cosas y situaciones. Lo dicho, ME EMOCIONA...como también me emocionan tus palabras y todos los post que escribes, lo haces de maravilla y te he de dar otra vez mi más sincera ENHORABUENA por saber reflejar en lo escrito, todo lo que la serie nos hace sentir en la pantalla.
Sigo constantemente pendiente del blog y os recomiendo a todo el que conozco...soy Ysifueraposible en twitter y aquí una comentarista un tanto ñoña,jeje...pero es que me encanta ésto...
No nos dejes, que nos haces feliz con tus artículos...
Y qué ganas de que llegue de nuevo el Jueves y retomar NUESTRA serie, nuestra preciosa historia de nuestra familia Alcántara...
Un besazo!!!
la espera ha merecido la pena! muy bueno! muy currado y al detalle, como siempre.
ResponderEliminarenhorabuena!
bs
Muchísimas gracias a las dos de corazón :). A mí sí que me emociona y motiva que os haya gustado y que lo hayáis leído ;) Un abrazo!
ResponderEliminarQué bien has condensado su paso por la serie, enhorabuena. Decía Mao, y Confucio mucho antes, que las mujeres sostienen la mitad del cielo. Cuánta razón.
ResponderEliminarEl gran homenaje es para las fieles escuderas. Clara, Pili y Valentina siempre arroparán a los Alcántara. Como Nieves, cuyo optimismo emergió de las tinieblas. Podemos sumar a Josefina. Entrañables.
Entre las episódicas, dos fueron auténticos revulsivos, con peso (y poso) en la historia (Doña Pura y Marta Altamira). Otras dejaron huella por su carga dramática (Aurora/Luz, Juana, Lola) o por su verdad y entrega (Asunción Riaño y Susana de Ramírez Sañudo).
Y un recuerdo especial para un personaje valiente que el tiempo ha oscurecido y que aportó tanto desasosiego como ternura, Elisa Palacios (Emma Suárez).
Mario
Gracias Mario, perfecto. Yo no me podía dejar a Elisa a un lado. Nos gustó mucho a pesar de ese desasosiego y vértigo (puede llamarse quizás celos) que producía sentirla tan cerca de Antonio de una manera tan natural, tan dulce, sin malicia.
ResponderEliminarNo me quería olvidar de los pequeños pero grandes, esa Aurora/Luz...que medía a Toni, le impulsaba. En las series más importantes, en la vida... el universo femenino, equilibra, sostiene, da sensibilidad e intuición y fascina...nada tiene que envidiar Cuéntame al mundo Soprano en este aspecto. Tanto qué decir.
A mí no me gustó que no nos avisaran de que sería un especial. No me gustan mucho los refritos y además se cargaron la linealidad temporal porque el día en que celebraban la fiesta era anterior a que Merche supiera lo del cáncer y la muerte de Félix Ródriguez de la Fuente. De todas formas me hubiera gustado que hablaran de otra mujer Alcántara de la que todos se olvidan siempre, ¡María!, vale que nunca le hayan dado una trama recordable y que desde hace muy poco empieza a tener apariciones un poco más largas, pero si hablas de cómo hemos avanzado en la igualdad qué menos que mencionar a la generación de María, que se crió en la democracia y solventó muchos problemas que tuvieron las anteriores. ¡Por lo menos una mención!
ResponderEliminarLa pequeña María (Celine Peña)...sí, es tan pequeña que quizás por eso se ha obviado...pero sí que se merece una mención, error imperdonable....;) que se subsana rápido:
ResponderEliminarMaría hizo razonar su madre por llevarla a un colegio de monjas que no la trataba justamente y hace las delicias de su padre (aunque este quiso que hiciera 2 comuniones) y vive intensamente los cuidados de su abuela. Esa generación del Mazinger Z y los pechos fuera!, la generación nacida en Democracia :)
Felicidades por este homenaje a las mujeres de Cuéntame, porque las has nombrado a casi todas con los hechos más trascendentes de su vida. Me ha gustado mucho recordar -entre otras- a Esperanza, Begoña y Doña Pura. Te ha quedado muy tierno y completo pero quería comentarte un pequeño detalle, el único fallito que le he visto al texto, por si pudieras arreglarlo para que así está aún mejor: comentas que Inés se enganchó a la cocaína pero en realidad fue heroinómana, estoy segura de que ha sido un lapsus lingue pero como te digo, he preferido comentártelo por si lo quisieras subsanar. Me sabe mal comentarte esta tontería en un artículo tan bonito, soy muy detallista y me fijo en todo, pero como te digo es un homenaje precioso, completo y muy trabajado ;) Saludos!
ResponderEliminarP.D. Me he fijado después de publicar mi primer comentario en que estabais hablando de Elisa. Quería aportar que para mí ella era la perfecta representación de lo que, en mi opinión, debía de ser una chica de la época con cierta independencia del varón. Ella era una mujer trabajadora, culta, inteligente... pero que tuvo que pagar un precio a cambio de poder convertirse en todo eso: renunciar a formar su propia familia. Como bien dices, en el fondo el personaje provenía de una moral tradicional -y quién no en la España de esos tiempos- por lo que en su fuero interno tal vez se arrepentía de haber tomado la decisión que tomó en su juventud. Ella misma le confesó una vez a Antonio que habría dado lo que fuera por tener un libro de familia en el que al lado de "profesión" figurara "SL"... sus labores. Y es que en el fondo Merche y ella fueron dos caras de una misma moneda: la primera era -y es- lo que hoy en día llamaríamos una "superwoman": trabajaba fuera de casa, se encargaba ella sola de las tareas del hogar, cuidaba de sus hijos, apoyaba fielmente a su marido y cuidaba de su madre... aunque terminara exhausta. Tuvo que luchar mucho para conseguir lo que ahora tiene, y sin demasiada ayuda masculina todo hay que decirlo, empezando por Antonio. En cambio, mientras Merche tenía dos jornales Elisa había conseguido no depender de nadie a cambio de ser lo que en aquellos años llamaban "una solterona": sin hijos, sin pareja, sin amor... la sociedad en la que se movía únicamente ofrecía tres salidas para las mujeres, y sólo una estaba bien vista: a)ocuparse de las tareas domésticas y dejar de lado sus ambiciones profesionales para poder así servir mejor al marido y a los hijos, b) Trabajar dentro y fuera de casa, algo que siguen haciendo muchas mujeres en la actualidad, yendo a toda pastilla y sintiéndose culpables si alguna vez se les olvida algo importante, c) Hacer como Elisa, y lograr posicionarse laboralmente -no sin los típicos comentarios fuera de tono por parte de los vecinos- a cambio de permanecer soltera y, por tanto, sin compromisos que atender. Cuando analizo su situación no me extráña nada que se sintiera atraída por Antonio, quien siempre la trató con amabilidad y confianza. Es cierto que a ninguno nos gustó que se acercara tanto al Alcántara pero las cosas como son, ella no tenía ninguna culpa. Lo curioso de esta serie es que todos los personajes tienen una historia personal llena de matices que hace que, aunque hayan aparecido sólo en unos cuantos episodios, dejen huello aun varios años después. Es el caso de Elisa, a la que como personaje un@ no puede sino desearle lo mejor, aunque su presencia hiciera tambalear los cimientos del matrimonio Alcántara.
ResponderEliminarMuy bien, Stefany, muchas gracias por tu completo comentario sobre Elisa. Hay personajes que dejan ese poso que comenta Mario y Elisa tenía esa ternura y atractivo inevitable para Antonio. Este se dejaba llevar, no sin miedos, poco a poco por su halo romántico y soñador cuando le invitaba a respirar la música clásica y a sentir la historia del doctor Zhivago. Elisa contó, creo recordar, que su novio con el que pretendía casarse y formar una familia tradicional, se le murió, y desde entonces su vida se apagó en cierta forma. Trágico. Se refugió trabajando en la gestoria, intentando tener su propia vida, aunque la opinión de su padre la imponía todavía. La llegada de un caballero como Antonio la hizo soñar, nada que culpar. Al final, la vida tiene esos matices y Antonio sopesó, volvió a su Milano y eligió lo que más quería en la vida. A Elisa comenzó a quererla, estoy convencida, pero pobre, tuvo que apagar esas velas y volver a su tragedia.
ResponderEliminarp.d jaja lo corregiré :) gracias
Sinceramente, de todos los amores de Tony el que más me gustó fue Clara. Sí, mucho mayor que él; pero la más sensata, trabajadora, alegre y cariñosa. La única que no le mete en ningún lío político. Si la serie no ha llegado a su fin, me encantaría que Clara dejara a Desi definitivamente y Clara volviera con Tony para siempre.
ResponderEliminarClara vale muchísimo. Gracias por el comentario!
Eliminar¿Y las compañeras de Inés en la cárcel? Alguna de ellas se merecería también una mención aquí.
ResponderEliminarFantástico post, fantástico blog. Enhorabuena