12 de marzo de 2012

ECHANOVE Y SU DESAPARECER. UN MAESTRO AL LÍMITE DEL HORROR


No me gusta esperarme mucho de las cosas. No me gusta por el chasco que suele traer la decepción, pero anoche iba con las expectativas muy en alza y por más que intentaba relativizar el momento, no podía. Motivos tengo, desde que Juan Echanove anunció que iba a volver a las tablas bajo la dirección de Calixto Bieito me frotaba las manos pensando que el espectáculo, la novedad e incluso la profundidad iban a estar asegurados.  No me equivoqué y superó el instinto. Bieito tiene una manera de entender el teatro que me fascina, es oscuro, vanguardista, rompe esquemas, aunque yo diría mejor que los pone en un nuevo y sugerente orden.  Me revuelve. Este director ha encontrado en Juan la herramienta perfecta  para poner voz y vida a su visión inspiradora. Lo mismo ocurrió en la Plataforma de Houellebecq, un auténtico  y complejo salto al vacío de nuevo con un personaje  al límite y peligrosamente infeliz.