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| BRINDIS DE BODA (escena) |
Tal vez, si elegimos un capítulo de la sexta temporada para
comentar,es normal decantarse por ese Ajuste de Cuentas en el que Antonio descubre la verdad sobre don Pablo y le
asesta aquel tremendo puñetazo, o aquel en el que Carlos convence a su padre
para que luche por su familia , por “El Honor de los Alcántara”. Sin embargo,
en esta temporada hay uno fantástico, muy coral, muy San Genaro, que nos
divirtió y también enterneció y curiosamente fueron Desi y Clara los merecidos homenajeados. Cuantísimo queremos a esta familia y qué grandes actores Roberto Cairo Silvia Espigado y Santi Crespo. La ocasión no era para menos, se casaban... ¡Vamonos de boda con Cuéntame!.
LAS DUDAS
PERDÓNAME
La Milano no perdonaba a Clara que le ocultara su romance con Toni,
tremenda fue aquella Nochevieja en la que la abofeteó duramente. Pobre Clara... la opinión de Merche siempre ha sido muy importante para ella,
la admira profundamente. Buscaba su perdón porque la entristecía mucho haber
puesto un muro entre las dos ya que Merche siempre la había ayudado y
respetado en el barrio. “He pensado muchas veces en ti” “por favor perdóname” le dice la novia. Finalmente en este capítulo
se perdonan, se miran a los ojos, hablan de mujer a mujer sincerándose. Fue muy bonito
verlas abrir su corazón y también rectificar y perdonar.
Los novios, los padrinos y Eugenio presiden la mesa. Y aquí Cuéntame se luce, los capítulos corales son una locura pero los bordan. La cámara hacía piruetas entre baile y baile. Cada personaje se luce con su pequeña trama.
Carlos llamaba a sus padres “roñosos” pero finalmente consiguió
ir a la boda con pantalón largo sufriendo la dichosa cruz de ser el hermano pequeño: “qué
asco tan grande ser el hermano menor y tener que cargar con la morralla que
nadie quiere ni ver” decía la voz en off. Se le entiende perfectamente.
Tampoco tenía suerte intentando sacar a bailar a las chicas, pero luego se acordaba de Josete felicitándole por tener un nuevo y rico padre. Genial Santiago Crespo, tan pequeñito diciendo "quiero que mi madre no llore más".
NI CONTIGO... PADRE E HIJA y 25 AÑOS
Las fotos, la tarta, el brindis de agradecimiento de Desi, los novios felices, el que se besen, el viva el padrino, el ramo, la fiesta, el purito… En definitiva, la serie borda un gran retrato costumbrista de lo que era y sigue siendo una típica boda en España. Y además con mucho contenido ya que entre medias, y muy bien hiladas, tres subtramas importantes:
Costó celebrarla, el capítulo comienza con Clara envuelta en un mar de lágrimas con un
vestido tres tallas más grande que ella , terrible. No sólo la novia llegó tarde al altar, el novio
también, ambos estaban temerosos de que su elección fuera la correcta. En ese momento se querían mucho,
pero las dudas no les dejaban tranquilos: el saber si estaban preparados, si uno
le va a poder dar al otro el cariño que merece...
Antonio, a base de anís para templar el ánimo y algún que
otro consejillo de compadreo algo garrulo,“sino cocina y limpia no vale”, ayudaba a Desi a ver lo maravillosa, inteligente y buena persona que es Clara y además añadía: “Sin
ella el negocio tuyo no funciona”. Antonio estaba orgulloso de ser el padrino de su
mejor amigo y le animaba de la mejor manera que podía: “Yo me case en el 47 y entonces no teníamos
miedo porque nos moríamos de hambre, vosotros os quejáis de vicio” Nos reíamos
con ambos todo guapos en sus chaqués, Desi al final se lo decía todo a sí mismo, nadie como su Clarita.
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| ESCENA |
En contraste, y con la misma intención de ayudar aunque
con mayor sensibilidad, Merche hacía lo propio con Clara. La conversación entre ambas mujeres es digna de mención porque además detrás había un conflicto que
había que arreglar:
La Milano no perdonaba a Clara que le ocultara su romance con Toni,
tremenda fue aquella Nochevieja en la que la abofeteó duramente. Pobre Clara... la opinión de Merche siempre ha sido muy importante para ella,
la admira profundamente. Buscaba su perdón porque la entristecía mucho haber
puesto un muro entre las dos ya que Merche siempre la había ayudado y
respetado en el barrio. “He pensado muchas veces en ti” “por favor perdóname” le dice la novia. Finalmente en este capítulo
se perdonan, se miran a los ojos, hablan de mujer a mujer sincerándose. Fue muy bonito
verlas abrir su corazón y también rectificar y perdonar.
Ambas hablan del matrimonio, Clara se acuerda del padre de
Josete, del amor o pasión tan grande que sintió por él y que teme no sentir por
Desi. “¿Cómo ese hombre me puede hacer dudar a estas alturas”. Es una mujer que ha sufrido
mucho en la vida, crió sola al niño siendo objeto de crítica constante en el
barrio. Por ello el desperdiciar la
oportunidad de ser feliz es algo que Merche no quiere que ocurra y bajo su poca pero gran
experiencia le dice que el amor se va haciendo fuerte con el tiempo, que juntos
pueden construir algo muy grande: “al final ese amor va a formar parte de ti” Merece la
pena escucharlas hablar. Se arreglan,
como ocurrió con el vestido del principio. Merche pone el broche de oro a la
reconciliación apareciendo en la iglesia radiante, feliz y, sin duda,haciendo lo correcto.
Los novios, los padrinos y Eugenio presiden la mesa. Y aquí Cuéntame se luce, los capítulos corales son una locura pero los bordan. La cámara hacía piruetas entre baile y baile. Cada personaje se luce con su pequeña trama.
Carlos llamaba a sus padres “roñosos” pero finalmente consiguió
ir a la boda con pantalón largo sufriendo la dichosa cruz de ser el hermano pequeño: “qué
asco tan grande ser el hermano menor y tener que cargar con la morralla que
nadie quiere ni ver” decía la voz en off. Se le entiende perfectamente.
Tampoco tenía suerte intentando sacar a bailar a las chicas, pero luego se acordaba de Josete felicitándole por tener un nuevo y rico padre. Genial Santiago Crespo, tan pequeñito diciendo "quiero que mi madre no llore más".
Por otro lado, Tinín y Nieves,estaban flamantes ensayando para
el Un Dos Tres. Cervan aburría a todos con sus batallas. Ramón estaba orgulloso
de ser el chófer oficial. Pili se lamentaba una y otra vez porque no tenía pareja hasta que aparece su principe azul, “eso del Catastro tiene que ser la monda”, le decía una genial Lluvia Rojo.
Valentina construía un nuevo cuento de hadas siendo la ilusionada madrina.
Las fotos, la tarta, el brindis de agradecimiento de Desi, los novios felices, el que se besen, el viva el padrino, el ramo, la fiesta, el purito… En definitiva, la serie borda un gran retrato costumbrista de lo que era y sigue siendo una típica boda en España. Y además con mucho contenido ya que entre medias, y muy bien hiladas, tres subtramas importantes:
Toni llega tarde porque se queda encerrado con Marta en un
ascensor y Mila lo intuye y le deja. No le falta razón y el engaño es
evidente. Qué mal se portó con esta gran muchacha. Por otro lado el mayor de los
Alcántara está desorientado y además no comprende por qué Marta está a punto de
casarse cuando ambos no pueden evitar estar juntos. Otra vez nos volvemos a
quedar con esa Altamira que nos gusta y a la vez desconcierta, sin explicación.
Ella también tiene sus miedos, sus dudas y cuando estaba apunto de
contárnoslo, el ascensor arranca y la conversación
se queda a medias. Un ni contigo ni sin ti en toda regla.
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| ESCENA PADRE HIJA |
En este capítulo hay un perdón que no se dice pero que
constituye una de mis escenas favoritas de toda la serie. Es muy sencilla, es
un padre, de elegancia torera,
dirigiéndose a borrarle la tristeza a su
hija de la cara. Todas las que somos el ojito derecho de nuestros padres
sentimos algo muy especial cuando vimos
el profundo amor que siente Antonio por Inés cuando le dice “Qué hace la chica
más guapa de la boda que no baila". A ritmo de
pasodoble se perdonan y se evidencia la gran debilidad del uno por el otro.
Preciosa y verdadera escena. A Inés además le cae el
ramo de la novia, vaticinio sin duda de que lo de Eugenio y ella iba a ser real aunque ambos en ese momento se
negaban a aceptarlo. A este se le
iluminaba la cara hablando de amor
mientras confesaba al novio.
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| ESCENA |
Y por último, ya acabando el día. Antonio confiesa su despiste a Merche. Durante toda la
boda se hace el sueco y permite que ella
crea que no se ha acordado de su 25
aniversario. Por los pelos sino es por
Carlos. Le compra un regalo en el rastro
que acabó siendo un timo. Este es el Antonio incorregible pero entrañable que
tanto adora Merche. Imanol Arias y Ana Duato, de
lujo, nos hacen reír en la
intimidad y nos enseñan ese amor tan bonito
y tan fuerte que han ido construyendo sus personajes, tal y como se lo
dice Merche a Clara. Cierran así, felices, un gran capítulo. “Es el ladrillo transistor más bonito
que me han regalado nunca”
Gran capitulo de esta gran serie¡¡¡¡ Espero que dure otros 17 años
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