16 de febrero de 2016

LA AMISTAD ES COSA DE DOS, LA BODEGA DE TODOS Y LA CUADRILLA DE LOS MANGARRIANES


Si algo nos demuestran los Alcántara es que nunca hay que tirar la toalla sobre todo si el objetivo merece la pena. Carlos lo tiene muy claro, no va a dejar caer a Luis, pero también le enseña que sólo no puede, que necesita que ponga de su parte y así se lo prometen. Por otro lado, Antonio se convierte en el pesado más entrañable intentando vender su vino con toda la ilusión y cabezonería Alcántara de la que es capaz. Tampoco puede solo y todos le echan una mano. Qué mal le sentaron las ostras, más bien el Cine X, pero había que ir, “su manada”  de amigotes así lo requería.  Todo por un sueño. Lo mejor no fue que el Rey bebiera su vino, o que Ana Belén se guardara una caja, fue que  al final de la noche pudo enseñarle a hacer el nudo de la corbata a su nieto. Un recuerdo, una herencia imborrable.

ESCENA

 Al principio del capítulo vimos a Antonio y Carlos marcando territorio en los viñedos y observando todo lo que es suyo. "Me siento más Alcántara que nunca", le el Heredero orgulloso  El blog estuvo ese rodaje y podéis ver el ESPECIAL ENTREVISTA a Imanol Arias. En el reportaje entenderéis ese sueño y además conoceréis con mucho detalle el por qué es tan importante, aparte de muchas curiosidades y detalles. . Imanol nos relata con cariño el amor por la tierra de Antonio, su conflicto con él pasado y por qué merece tanto la pena esta lucha. “Si tuviera que haber un final a Antonio le gustaría que fuera en este lugar, se ha convertido en el sueño de su vida”, nos cuenta. Echarle un ojo, os merecerá la pena.



“Una idea, y un hombre detrás de una idea, ese soy yo”, 
Así se contundente se definía Antonio ante su hermano Miguel cuando intentaban darle unas botellas de vino a la mismísima Ana Belén. Cómo disfrutamos de los momentos Echanove Arias. Los hermanos se complementan a la perfección y se contagian la ilusión y la locura. Son muy cómicos "que yo no estoy loco" "bueno un poco sí", se decían.  Suárez, Carrillo, el cura, los niños, los mormones...todos son bienvenidos a  promocionar la Cruz de Sagrillas. A Antonio se le venía a la memoria las lecciones de don Pablo de que “para ganar hay que invertir” y que "hay que personalizar”. Un recuerdo que  se agradece ya que te evoca  tiempos pasados muy del personaje lo que genera una continuidad muy bonita, muy suya. 
ESCENA

Antonio se convierte en el pesado  más cansino y  por aquí nos encanta porque se alcantariza mucho. Le salen los “me cago en la leche” y “los mangarrianes” por doquier. Está pletórico, exagerado, gruñón  y  muy divertido. Se siente poco escuchado por las mujeres de su casa y además no se le olvida el convertirse en todo un suegro feroz que quiere que su niña sea una eminencia en  Química y que mete miedo al pobrecito mudo.  En resumidas cuentas y como le define Olmedilla, Alcántara es un entrañable obsesionado que quiere demostrar a Merche que es el hombre que ella merece y para ello va a pelear lo que haga falta. Merche se resigna aunque  ya desesperada con  la casa invadida, las camisetas y los gastos sin fin para la promoción. 


OLMEDILLA Y EL PSICÓLOGO
Aquí se merece destacar el buen juego que está dando el personaje de Luis Olmedilla. Primero con la curiosa  y divertida camaradería colchonera con Miguel y con el tema de la aceptación de su homosexualidad. Es amigo de la cuadrilla de mangarrianes, pero no se mezcla con ellos en eso de machear con la peli porno. En cambio, está resultando  alquien sensible al que acuden todos a pedir consejo y ayuda.  Es un personaje interesante con mucho que contar, le confiesa a Merche sentirse solo y que está tratando de adaptarse a su nueva vida y a no esconder lo que es con la mayor naturalidad y humor posible. Lo que más me gusta es que estamos viendo a Antonio Resines en otra tesitura sin dejar a un lado lo bien que se mueve en comedia. Los momentos con Arias y Echanove se agradecen mucho, no sé, me agrada tenerle ahí, como que hacía falta.

Merche acude a Olmedilla para hablar de la obsesión de Antonio pero también de su problema con Mauro. Sale espantada del psicólogo cuando este le aconseja que hable con él  porque probablemente la obsesión que tiene con ella se deba no al odio, sino a todo lo contrario. Algo evidentemente muy difícil de digerir con todo el miedo que ha pasado. Quizás sea ese el paso que necesita…, el banquero sin darse cuenta le aconseja lo mismo, pero la Milano va a necesitar muchas narices para poder dar ese paso porque lógicamente tiene mucho miedo. 



ESCENA
LUIS, CARLOS, JULIA...Y KARINA
El miedo paraliza a la hora de tener que afrontar los problemas. Luis lo está viviendo en primera persona y flaquea en su lucha contra su adicción a las drogas. Por eso le confiesa a Carlos estar muy asustado "No me abandones". Manu Dios está volviendo a hacer un papelazo, en el rodaje llamaba la atención verle salir del personaje y volverlo a decaer cuando tocaba. Los dos amigos se miran frente a frente durante la cena y sienten que deben ayudarse mutuamente. "La amistad es cosa de dos" Carlos no puede tirar de él si este no pone de su parte y más con la responsabilidad que ahora tiene con la bodega.
ESCENA

El único momento de respiro se lo da Julia. Tan bella Claudia Traisac como siempre y para él tan irresistible. La sorpresa fue que por fin le oímos confesar a viva voz de una manera muy cómica que está hecho todo un repartidor de amor (ESCENA) y que tiene a Karina muy presente en su corazón.  Decía creer quererlas a las dos por igual aunque de distinta manera, cosa que le  despista y provoca las burlas de su amigo. 

La verdad es que al final cuando por fin parecía que iba a llegar a algo con la manchega, su subsconsciente le traiciona en la cama de la manera más torpe. “Carlos, ¡me has llamado Karina!”. Julia se va espantada lanzándo un ultimátum “si te intereso, ven a Barcelona, sin fantasmas”.  Lo que al menos queda claro es que Carlos tiene amor para dar de sobra y que necesita hablar con su eterna amiga  y ver si esta relación de “ni contigo, ni sin ti, que nos tiene en un sin vivir, puede llegar a algo.


EL TIERRAS
Quién duda una y otra vez y porque lo lleva en su naturaleza es Inés. La vida acomodada de José Ignacio le viene grande en todos los sentidos. No lleva bien tener criados, llevar al niño a un colegio privado, tener tantas comodidades a su alrededor, la grandiosidad de la casa la hacían parecer insignificante. Sin embargo,  él le hace ver que es bueno que intente adaptarse a una vida un poco más fácil ya que esta no tiene por qué ser injusta para ella. Le pide que haga un esfuerzo por adaptarse ya que él también ha hecho lo mismo. 

“Jose, el tierras”, como así le ha apodado Antonio,  está poniendo todo su empeño porque todo salga bien y no duda tampoco en ayudar a la familia invirtiendo en el vino y facilitándoles un almacen. Lo extraño fue que Luchi se sorprendiera con el préstamo del millón... La chiquilla no allana el camino y  lanza una y otra vez indirectas impertinentes contra Inés. Es extraño, da la sensación de que todo es demasiado bonito, demasiado idílico. Quizás es porque siempre hemos visto  a Inés  sufrir demasiado  tirando del carro de su vida que el que todo sea tan fácil nos choca. Veremos qué pasa.
ESCENA 
LAS OSTRAS Y LA PAPAYA
Volviendo al barrio, no podemos no contar cómo San Genaro se escandalizó con la llegada del Cine X y con cómo la manada de mangarrianes  se llevó  un chasco  y unas cuantas risas  viendo Garganta Profunda. Miguel se concentraba en la peli, muy serio él, Pepe se excitaba a lo tonto, a Ramón le gustaba más Carmen Sevilla y  Antonio se partía viendo a los mormones esconderse durante la proyección. Todo un show que al final a este último se le indigestó con el zumo de papaya (que en Cuba quiere decir otra cosa)  y las ostras afrodisíacas. “No vuelvo a ver una peli porno antes de comer” sentenció agotado.  Tanto revelarse contra el matriarcado no les llevó a ningún lado,  no tienen remedio esta cuadrilla.



En definitiva, un capítulo que te deja muchas reflexiones como el que hay que seguir dando oportunidades y no dejar de luchar sobre todo si la batalla merece la pena. Esto se lo aplicamos a Carlos con Luis, a la familia con la bodega, a Inés con su nueva vida e incluso a Paquita, que va viendo como sus lentejas van criando fama real.  Están tratando de demostrar que quien la sigue la consigue y que en San Genaro son todos unos luchadores. 


Pd. Estupendo meter la mítica leyenda de las escapadas del rey en moto (Artículo LA SER)
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ESCENAS

CANCIONES

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