22 de noviembre de 2009

CAP193 SALUDO AL CAMPEÓN

CAP192 LAS DESPEDIDAS SON NECESARIAS / ADIÓS, PARA SIEMPRE, ADIÓS

Qué difícil era adquirir condones en aquella época para los jóvenes y primerizos amantes. Carlos y Karina  continúan con ímpetú y a  buen ritmo con su romance. Y qué divertido fue  ver los lloros infinitos de Paquita cuando la confundíeron, según sus palabras, con una  “puti”. Sin embargo, en este capítulo ha habido dos momentos concretos, dos adioses para siempre que llenaron de clase el capítulo: el del Gnomo y el Mariachi.


El primer adiós, es el de Antonio finiquitando el duelo con Gutiérrez Mellado. Antes que eso, las escenas que compartieron ambos actores fueron muy buenas. A Imanol, brilante en su interpretación, le da una gran replica Chema de Miguel aguantando la tensión de un diálogo muy de tiras y aflojas  en el que ambos personajes bareman sus fuerzas y su poder.

Antonio gana el duelo pero lo hace con deportividad y caballerosidad. Se impone justamente a él y consigue enviarle lejos del Ministerio. A su vez, reconoce el por qué ese hombre estaba tan de uñas con él y los méritos que tiene al llevar tantos años en el Ministerio:  "Alguien me ha echado un pulso y no ha ganado" "llevas muchos años aquí", "sabes más que yo" ,"eres mejor a las chapas"… "saludo al campeón". Grandísima y de una nobleza excepcional la escena de Antonio empatizando con su archienemigo, poniéndole los puntos sobre las ies (ayudando a la secretaria) y acabando el duelo como unos buenos caballeros, dándose la mano y deseándose lo mejor.

Es una lección no sólo para Gutiérrez Mellado, que se lo reconoce y agradece, sino también para el telespectador que ve cómo el personaje de Antonio es capaz de ver el color gris a los que se supone que son muy negros con clase y dignidad. Alcántara es un personaje muy humano que nunca deja de ser él mismo aunque esté en las altas esferas en el Ministerio. Me parece muy bonito el ver cómo se va ganando a la gente a su alrededor siendo un buen tipo. No me cansaré de disfrutar este gran personaje.


La segunda escena, el segundo adiós, tiene que ver también con Antonio pero es exclusivo de Merche. El matrimonio se reencuentra tras el adiós definitivo del doctor. Alejandro no se rendía en su conquista y pone a Merche en verdaderos aprietos. Ella simpatiza y se conmueve con la historia de fondo que trae el personaje como niño exiliado que busca sus raíces y reclama tener memoria histórica con sus fallecidos para poder enterrarlos. La Milano siente su injusticia, empatiza con él, le siente cercano. Y...además siente una inevitable y natural atracción, es bueno ver al personaje tentado. Quién no lo estaría, bailando y con esas cerillas mientras estaban atrapados en el ascensor. Pero sólo se queda en eso, en atracción.  Alejandro lo intenta hasta el final pero Merche se niega con clase, para ella no hay nada más que su Antonio. Este llega en el preciso momento.

Casi no hay palabras, el matrimonio bailando se siente, se mira y se sostiene, confíando el uno en el otro. Reafirmandose en su amor. Antonio se da cuenta de que el simpático de Alejandro nunca se iba pero ambos le dejan que tenga una retirada elegante. El doctor no era mala persona, se le veía totalmente rendido ante Merche y la trató con delicadeza, también supo perder y aceptar que  fue a dar con un corazón bien ocupado. Y...¡por muchos años!

Un capítulo de caballeros.

p.d Bonito homenaje a Tito Fernández, director de la serie, durante la fiesta mejicana. 

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