Mi sorpresa al enterarme de que Cuéntame se iba a rodar a un paso de mi casa no fue poca. No me lo creía, pensaba que me estaban tomando el pelo. No es la primera vez que les veo rodar, me encanta, pero esta vez no me imaginaba que iba a poder ver a los Alcántara caminando en mi propio escenario diario. Pasaron por aquí… :)
Durante el ensayo hay más jaleo, pero cuando todo está listo, el grito de ¡SILENCIO GRABANDO! se apodera de todos. Pobre del que le suene el móvil… Recuerdo a un muchacho pasarlas canutas al tratar de impedir el paso, con educación, a una señora a la que no le importaba nada de lo que allí sucedía. Al tratarse de una zona tranquila y ser agosto, no había mucha gente, pero sí estaban los orgullosos dueños del bar y algún que otro curioso... Un niño me preguntó que si estaba don Pablo, me hizo mucha gracia.El calor era insoportable, las botellas de agua circulaban y los abanicos se agotaron o perdieron, yo doné el mío a la causa. Me agobiaba pensar en el tremendo bochorno que debían de estar pasando ya que la trama se desarrollaba en Navidad. Así que imagínense a los extras saliendo con sus abrigos o a los actores con traje y camisa de invierno. El descanso para comer, saludar y charlar un rato, fue más que merecido. Imanol y Juan desbordaron simpatía y piropearon a su simpática directora. Caracterizados de sus personajes, era curioso verles pequeños detalles como que Antonio lucía en su camisa las siglas A.A y que Miguel no se olvida de llevar en la solapa su pin del Atlético de Madrid.
La segunda parte de la jornada comenzó con retraso, se cambió de escenario a un portal de la zona y sus alrededores. En este momento se incorporó Ana Duato al rodaje. Guapísima a más no poder, la presencia de la actriz es deslumbrante. La localización escogida cuadra con la trama de Merche ya que los edificios se construyeron alrededor de 1978 y tienen una estética más moderna. Ana tenía que rodar varias escenas. En la que presencié interpretaba una situación “confusa” con dos clientes un tanto pintorescos. Esta vez el bueno de Antonio Cano se puso al mando de la dirección. Los figurantes salían y entraban y esperaban pacientes entre toma y toma… Mientras se rodaba, Imanol Arias desde la barrera observaba a su “mujer” y le daba divertidos consejos. Ambos bromeaban, daba gusto. Más tarde les tocaría actuar juntos en la última escena del día. Antonio tenía que dar una sorpresa a su Milano en plena calle. Con esto disfruté a lo grande, nunca les había visto actuar juntos. Para mí fue una delicia verles dar vida al matrimonio Alcántara y comprobar esa química tan grande que ambos se profesan. Mercedes regañaba cariñosamente la descarada ocurrencia de su marido.
Y finalmente…C’est fini. La sensación de alivio del equipo al terminar era evidente ya que eran más de las ocho y media de la tarde. Teniendo en cuenta que sobre las nueve ya estaban allí, la jornada fue más que intensa. Llegó la hora empaquetarlo todo, de despedirse y de volver a la normalidad. Tengo ganas de ver el resultado en televisión, me dijeron que muy pronto, a finales de septiembre. Ha sido una alegría, un orgullo y un placer el tenerles por aquí y ver lo mucho que trabajan. Los adoro y les doy gracias por regalarme días así. Como dice Fito Páez en una de sus canciones “Te vi, te vi, yo no buscaba a nadie… y te vi”…
… todo lo que escriba estará de más.

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