13 de agosto de 2011

PASARON POR AQUÍ. RODAJE DE CUÉNTAME

Mi sorpresa al enterarme  de que Cuéntame se iba a rodar a un paso de mi casa no fue poca.  No me lo creía, pensaba que me estaban tomando el pelo.  No es la primera vez que les veo rodar, me encanta,  pero esta vez no me imaginaba que iba a poder ver a los Alcántara caminando en mi propio escenario diario. Pasaron por aquí… :)



Un rodaje exterior  pone todo a su alrededor patas arriba. El vecindario  ve que su rutina  es interrumpida por los locos de la tele. Ya unos días antes unas señales  avisaban de no aparcar.  Si no se conoce este mundo, sorprende ver la cantidad de material  y de personal que se necesita. Eso era un ir y venir de gente tratando de poner orden en el caos y de coordinarse lo mejor posible para cumplir con el plan de rodaje.  Allí cada cual conoce su papel: iluminación, sonido, producción,  atrezzo, realización, catering, cámaras, figurantes, peluquería, maquillaje, vestuario, transporte, dirección, actores… y más de lo que seguro  no soy consciente. Cuéntame además necesita tener mucho cuidado con la ambientación,  por ello necesitan traerse coches o resolver problemas como el disimular un portero automático. 

El bar escogido para la primera escena de la mañana facilitó la labor de decoración, ya que conserva intacta una elegante estética de los años setenta. Allí Miguel y Antonio Alcántara trataban de negociar una venta de banderas  con una pareja andaluza. Era una escena larga que les llevó prácticamente toda la mañana. Si algo hay que tener en el mundo del cine y de la televisión es PACIENCIA. Hasta que todo está en su punto para grabar puede pasar mucho tiempo. El mínimo detalle importa. La directora (Azucena Rodriguez) paraba cuando veía una sombra o cualquier elemento que no estuviese en su sitio,  también cuando algún detalle era digno de repetir  o cuando necesitaba dar indicaciones a los actores.  Azucena o “la Rubia”,  estimaba,  entre muchas otras cosas,  cuantas tomas de ensayo y de grabación  son necesarias y con cuales finalmente se quedaban. Todo lo que graban lo reciben a través de unos pequeños monitores en los cuales se pueden ver  distintas perspectivas o planos. Cuéntame se graba en alta definición, creo que fue la primera en hacerlo,  el manejo de esas enormes y sofisticadas cámaras requieren a gente muy especializada.

Durante el ensayo  hay más jaleo, pero cuando todo está listo, el grito de ¡SILENCIO GRABANDO!  se apodera de todos. Pobre del que le suene el móvil… Recuerdo a un muchacho  pasarlas canutas al tratar de impedir el paso, con educación, a una señora a la que no le importaba  nada de lo que allí sucedía. Al tratarse  de una zona tranquila y ser agosto, no había mucha gente, pero sí  estaban los orgullosos dueños del bar y algún que otro curioso... Un niño me preguntó que si estaba don Pablo,  me hizo mucha gracia.

 El calor era insoportable, las botellas de agua circulaban y los abanicos se agotaron o perdieron, yo doné el mío a la causa. Me agobiaba pensar en el tremendo bochorno que debían de estar pasando   ya que la trama se desarrollaba en Navidad. Así que imagínense a los extras saliendo con sus abrigos o a los actores con traje y camisa de invierno. El descanso para comer, saludar y charlar un rato, fue más que merecido.  Imanol y Juan desbordaron simpatía y piropearon a su simpática directora. Caracterizados de sus personajes, era curioso verles pequeños detalles como que  Antonio  lucía en su camisa las siglas A.A y que Miguel   no se olvida de llevar en la solapa su pin del Atlético de Madrid

La segunda parte de la jornada comenzó con retraso, se cambió de escenario a un portal de la zona y sus alrededores.  En este momento se incorporó Ana Duato al rodaje. Guapísima a más no poder, la presencia de la actriz es deslumbrante. La localización escogida cuadra con la trama de Merche ya que los edificios se construyeron alrededor de 1978 y tienen una estética más moderna.  Ana tenía que rodar varias escenas. En la que presencié  interpretaba una situación “confusa” con dos clientes un tanto pintorescos. Esta vez el bueno de Antonio Cano se puso al mando de la dirección. Los figurantes salían y entraban y esperaban pacientes entre toma y toma… Mientras se rodaba, Imanol Arias desde la barrera observaba a su “mujer”   y le daba divertidos consejos.  Ambos bromeaban, daba gusto. Más tarde les tocaría  actuar juntos en la última escena del día.  Antonio tenía que dar  una  sorpresa a su Milano en plena calle. Con esto disfruté a lo grande,  nunca les había visto actuar juntos. Para mí fue una delicia verles dar vida al matrimonio Alcántara y comprobar esa química tan grande que ambos se profesan.  Mercedes regañaba cariñosamente  la descarada ocurrencia de su marido.

Y finalmente…C’est fini.  La sensación de alivio del equipo al terminar era evidente ya que eran más de las ocho y media de la tarde. Teniendo en cuenta que sobre las nueve ya estaban allí, la jornada fue más que intensa. Llegó la hora empaquetarlo todo, de despedirse y de volver  a la normalidad. Tengo ganas de ver el resultado en televisión, me dijeron que muy pronto, a finales de septiembre.  Ha sido  una alegría, un orgullo  y un placer el tenerles por aquí y ver lo mucho que trabajan. Los adoro y les doy gracias por regalarme días así. Como dice Fito Páez en una de sus canciones “Te vi, te vi,  yo no buscaba a nadie… y te vi”…

… todo lo que escriba estará de más.


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