CAPITULO 222 "NI EXCLUSIVO, NI EXCLUYENTE"
El 20 de noviembre de 1979 reunió a un buen número de personas en la
Plaza de Oriente para conmemorar el aniversario de la muerte del caudillo, algo
no muy agradable ya que se vitoreaban
los años no tan lejanos de dictadura. En
cambio, la sensación era distinta cuando los pequeños Oriol y María preguntaban
a Antonio quién era Franco, “se murió de viejo” les contestó. Ellos forman
parte de las primeras generaciones nacidas en Democracia. Para Antonio esa
manifestación constituía la prueba
definitiva de que el negocio de las banderas iba a ser un éxito seguro. Está
empeñado en montar su propio Mondragón, más conocida ahora como Fagor, un gran ejemplo de cooperativismo en España.
Las Autonomías estaban en marcha y cada ciudadano se iba sentir identificado con su correspondiente bandera. Lo cual abre las puertas
a un buen merchandising. Los hermanos
quieren llevarse parte del pastel y no dudan en hacer de espías e ir a conocer
el modus operandi de una fábrica ya en funcionamiento. Miguelón para evadirse del
abandono de Paquita sigue a Antonio en su andanza y este, ilusionado, coge carrerilla sin ser capaz de pensar en otra cosa. Quiere que el
barrio participe a modo de cooperativa y ser el principal gestor. No se entendió muy bien que preguntase a Toni
acerca del funcionamiento legal de las
cooperativas habiendo formado parte de una con la imprenta pero aún así,
es evidente que la trama concuerda con ese pasado entre tintas y papeles de Antonio. Imprimir lo lleva en la sangre,
la ideas hay veces que no son casualidad, hay que saber leer los mapas para encontrar el camino correcto.
Para esta aventura es muy bueno que se implique a los vecinos y más en tiempos de crisis. Antonio no propone ninguna locura, quiere también ayudar al barrio y por eso le duele que nadie comparta su ilusión, a excepción de Desi y Clara. Esto me alegró especialmente, hay que mimar a los Quijos con un poquito de más participación. Al final, aunque pocos, todos irán a una como Fuenteovejuna, las banderas serán una realidad. Me recuerda a aquellos tiempos en los que Antonio, Desi y Tinín intentaron montar una pequeña imprenta.

Para esta aventura es muy bueno que se implique a los vecinos y más en tiempos de crisis. Antonio no propone ninguna locura, quiere también ayudar al barrio y por eso le duele que nadie comparta su ilusión, a excepción de Desi y Clara. Esto me alegró especialmente, hay que mimar a los Quijos con un poquito de más participación. Al final, aunque pocos, todos irán a una como Fuenteovejuna, las banderas serán una realidad. Me recuerda a aquellos tiempos en los que Antonio, Desi y Tinín intentaron montar una pequeña imprenta.
Lástima que Antonio no vea más allá, tan ilusionado está que
no es capaz de entender que la Milano lo pasa muy mal durante todo el capítulo. La consuela cuando rompe a llorar en el baño
pero incumple su promesa de acompañarla a la cena al no considerar que era más importante
que lo suyo. No lo hace a mala fe, pero es egoista y nada justo para Merche. Ana Duato,
brillante como siempre, trata de investigar quien de la inmobiliaria le manda notas difamatorias a
su casa. Sospecha de todos y el
telespectador iba con ella en su búsqueda. Todo apuntaba a Beatriz, aunque una servidora dudó
seriamente de Tomás (Josep Julien), dado su carácter villano y su descarado flirteo, e incluso se barajó una posible mala jugada de Pituca.
Un jefe que tiene acostumbrada a su mujer a vivir con sus devaneos. Sonsoles (Pilar Ordoñez) hace una encerrona a
Merche para recriminarle una posible aventura con su marido. Pero ahí estuvo
Merche sacando el carácter y poniendo los puntos sobre las íes. Sin embargo, efectivamente, fue la joven
vendedora de pisos la que despechada
mandaba esas notas. La cena
estuvo muy lograda, se sentía la incomodidez de Merche
y la hipocresía de todos los allí
presentes. Hasta que Beatriz se emborracha y desvela su infidelidad con Tomás e
insulta gravemente a la Milano. Más tarde, ya en casa, esta se entera que después de
esa noche la chica se intentó suicidar. Por ahora trabajar
en la inmobiliaria Tereñes no ha sido la mejor de las decisiones…ese sufrimiento tan sentido de Herminia lo confirmaba.

Todo lo contrario a lo que le ocurre a Inés, quién, ya a vuelta de casi todo, intenta rehacer su vida. Tiene muchos miedos y por eso evita al doctor y cualquier contacto con el mundo de la noche. Me gustó mucho el momento en el que la propia protagonista, al hacer un resumen de su vida, reconocía que esta no ha sido de lo más convencional e incluso mostraba ciertas inseguridades con respecto a no ser tan buena madre con Oriol como Carola. El doctor (Fernando Otero) consigue finalmente llamar al corazón de Inés con sencillez y paciencia, ha captado que es una chica especial. “Ha mirado para atrás…me cago en la leche” decía su padre cuando se despedía de Alberto.

Los amigos serán muy importantes en los próximos capítulos, sobre todo en el negocio de las banderas. Es tan difícil encontrarlos y a veces mantenerlos…Merche no puede confiar en ninguno de sus compañeros y Carlos comparte demasiado con Felipe. Veremos qué ocurre, la vuelta a San Genaro les ha sentado muy bien, ojalá consigan ese Mondragón soñado.
Canción final:
Radio Futura: Soy un Zombi
Radio Futura: Soy un Zombi
Contando su Cuéntame: Ricardo Gómez esta semana nos habla con el corazón de algunos actores que han pasado por Cuéntame y por tanto, por su vida. Estos, aparte de ser grandes maestros para él, le han llenado el alma. No se trata sólamente de los regalos que le han hecho sino de sentirles cerca con ellos. Este chico es muy afortunado en ese aspecto y me alegro. Es un grande y además un encanto. Aquí podéis leer su artículo en Punto de Encuentro:
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