22 de marzo de 2015

283 LOS DIFUNTOS Y LA LLORONA DE CUÉNTAME

Cuéntame hace un homenaje a México en el Día de los Muertos, una tradición mística, muy rica y colorida que hace memoria de los antepasados.  Todos los personajes se encuentran de alguna manera con algún fallecido. Nuka organiza una fiesta que bien representó este simbolismo y ambiente alegre de la festividad. Descubrimos el pasado que la atormenta y que la tiene en un sin vivir. Un sentimiento tremendo de culpa por la muerte de su hermana nos hizo entender un poco más al personaje y sus rarezas, apenas puede soportar la pérdida. Carlos, a pesar de confundirle,  quiso perdonar su engaño y arroparla. Entendió que es muy vulnerable, que no quiere hacerle daño. Le gusta demasiado, está enganchado a ella, a su mundo y a su visión artística. “Una loca que me vuelve loco”.  Una relación complicada y desconcertante, que sin duda va a marcar, y veremos de qué manera, al Heredero. Bien por Carla y Ricardo, qué guapos estaban arropados por  “La Llorona”.

Escena
Nuka quiso ser sincera con Carlos y explicarle su trauma con la muerte de su hermana. “No juego contigo, juego con ella”. Se hizo pasar por ella en un ejercicio de búsqueda difícil de entender porque es terriblemente doloroso, jugar con fuego.   Ella cree que su hermana era mucho mejor que ella, que si Carlos la hubiera conocido se habrían encantado y que debió de haber estado en su lugar en el  accidente. Todo esto entristece al personaje y le lleva a hacerse daño. No gestiona bien ese dolor. Fue bonito conocerla un poco más, quitarle un poco la coraza, da la sensación que esa libertad que experimenta en su faceta artística le llena y le quema a la vez, es un gran reflejo de la Movida, había de todo pero también gente muy peculiar y más de uno tocó fondo.

LA AYUDA DE INÉS
La muerte estuvo presente en este capítulo y todos los personajes sacaron alguna que otra conclusión. Vamos a empezar por Inés, ella siempre con sus fantasmas. No pudo evitar acordarse de su novio Jaime cuando don Froilán le pidió ayuda con los chicos drogadictos del barrio. Se le venían imágenes suyas y pudimos contar además con la presencia del Rafael Reaño para darle algún que otro susto. 

El personaje siempre se ha decantado por la problemática social del barrio tratando de ayudar y últimamente la veíamos alejada de ello. Simplemente no puede mirar hacia otro lado. Se sintió en paz y orgullosa aceptando. “No será fácil, estoy muy perdido”, decía el cura. Para Inés las cosas nunca son un camino de rosas y le va a costar afrontar el problema. Al menos esta vez la vimos  sonreír con el casero. Parece el cuento perfecto, el amante perfecto, de momento.

ESCENA

RAFAEL Y DÁVILA
No es fácil hablar o escribir sobre la muerte,  sobre los que ya no están. Clara recordaba con mucha pena a su canijo y daría lo que fuera por volver a verle. Lo mismo Herminia que tuvo un sueño precioso con su difunto Rafael. Ella, que ya va viéndole cada vez más cerca las orejas al lobo, le preguntaba a su marido y a Alfredo si ya era su hora. Nada más lejos, el primero le animó a seguir con su familia. “Me había olvidado de tu voz”, le decía conmovida. “¿Me esperarás?”. “Toda la eternidad”. Fue muy bonito ver estas preocupaciones lógicas de abuela y ese amor tan grande que sintió por su marido, del que poco sabíamos y hemos puesto cara y voz. Como siempre María Galiana una delicia. Tenemos a Herminia para rato, no hay prisa para que abandone el convento.

Escena
Toni en cambio se llevó un gran choque con el pasado sin un final idílico. Parece ser que Dávila quería redimirse con su hija y en una última voluntad mandó una cinta a Toni pidiéndole que le llevara una carta. Genio y figura,  no era ninguna malva: “no quiero flores, ni gilipolleces”, “una hija titiritera”.  En deuda por su ayuda en Tánger, Toni fue en búsqueda de la muchacha (muy guapa). “¿Se murió haciendo lo correcto?”, le preguntó sorprendida. A pesar de todo y con mucho dolor esta decidió rajar la carta, el infierno que les hizo pasar  no tiene disculpa. A Toni le dio mucha pena la situación, qué triste que tú familia llegue al punto de no querer saber nada de ti y que las disculpas lleguen tarde.

ESCENA
EL FAROL DE LA MILANO
“Cuidate muchísimo”.“Ya te tengo a ti para que me cuides Milano”, se decían Antonio y Merche. Hay gente que subestima a la muerte y comete todo tipo de excesos. Se toparon con un personaje, genialmente interpretado por Ángel de Andrés, que con problemas cardiacos, bebía, fumaba, se atiborraba y hacía ejercicios excesivos.  El resultado, un infarto que le fulminó. Se quedaron de piedra, “¿le habré apretado demasiado?”. La dichosa fortuna quiso que se muriera tras haber picado en el farol de Merche con los distribuidores del vino. 

Mercedes es toda una mujer de negocios y lo volvió a demostrar con energía. No le gustó nada tener que perderse la reunión de camaradas en el campo de golf. Eso de que haya cosas solo de hombres le rechina y sobre todo no termina de fiarse de Mauro, que está demostrando ser un desastre.  Lo que vimos es que  Antonio y ella hacen equipo hasta fregando los platos, supieron entenderse y ser cómplices, de nuevo juntos, son mejores. 


ESCENA

LOS BUÑUELOS
Quienes también llegaron a un gran entendimiento fueron Nieves y Miguel, la sorpresa del año. “Yo por unos buñuelos me vuelvo loco” Y tanto, desataron la pasión y como son dos personajes muy divertidos y campechanos, nos hicieron de reír con el flirteo, con el arranque y el desenlace. “Sí, es lo que parece”. De piedra se quedó Ramón ante la sinceridad de la peluquera y el embobamiento de su amigo.  

Se les pasó el susto con el supuesto tío difunto de Pepe en un momento. En el bar se quedaron al verle y despiés al comprobar que solo pretendía cobrar el seguro. Eso sí, Paquita no le quería dar un duro. Las pequeñas también se asustaron  viendo a Luís aparecerse como un espectro en el parque para pedirles dinero.  La niña también interpretó a la clásica doña Inés del Tenorio, obra muy típica de esas fechas y dejó claro que es hija de Milano abofeteando al protagonista.


 En definitiva, muchos recuerdos en este capítulo y  viajes al pasado. Se tocó la muerte desde distintas perspectivas, con personajes que ya no están (la hermana de Nuka, Jaime, Dávila, Rafael, Alfredo, Desi… ),  con otros que se fueron (el distribuidor de Merche y Antonio), con un engaño (el tío de Pepe) y con otros que tientan a su suerte (Luís y los drogatas del barrio).  Hay que quedarse con la idea de que para irse al otro barrio siempre hay tiempo y también con la valentía de Inés, la comprensión de Carlos, el buen hacer de Toni, la ganas de vivir de Herminia, la complicidad de Antonio y Merche…. Qué bien sonó la gran Chavela Vargas. Gran Día de los Difuntos para Cuéntame.


CANCIONES:

ESCENAS


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