23 de febrero de 2015

CAP 279: EL HEY DE MIGUEL, NUKA Y EL CIELO DE ANTONIO


Dice la canción de Julio Iglesias que es mejor vivir a dos que estar separados. Antonio lo sabe, su cielo es su Merche por eso está, aunque tristón, más amoroso que nunca y le colma de encantos y caricias, especialmente  tras el disgusto de María con el examen. Contempla a su Milano con amor, le asusta que no pueda verla  en el otro mundo. Miguel en cambio, es de otra manera, más pragmático, a él le gusta “el aquí y ahora”, nada de más allá. No le gusta estar solo y por eso enreda con Wanda y bebe los vientos con Paquita. Los hermanos son pañuelo de lágrimas el uno del otro y es muy  divertido ver lo distintos que son. De Gaulle aprendió  en el Bernabeu que nunca se sabe lo que puede sorprenderte y Antonio que la vida ahora tiene otro ritmo. “Hey, no vayas presumiendo por ahí”. Qué grandes son, Imanol y Juan.



EL CIELO DE ANTONIO, CAMBIO DE ROLES
“Dejad de enterrarme”, eso de estar de baja y no poder comer ciertas cosas o fumar, Antonio lo lleva muy mal. Está decaído, lo pasó tan mal, se vió tan solo la temporada pasada que pensar en otra vez quedarse sin su Milano por su mala salud, le aterra, y si a eso sumamos que todavía en la cama no están muy boyantes, la cosa se complica, no va a ser fácil. Pero no hay queja por su parte, Antonio sabe que lo que tiene es mucho tras haberlo perdido y lo quiere cuidar y proteger a toda costa. Aunque está de bajón, está más amoroso, comprensivo  y atento que nunca.  También muy trascendente “¿qué hay después?” se preguntaba una y otra vez. No tardó en encontrar respuesta, vio en sueños que su cielo tenía forma sexi de Milano. Qué preciosas caricias se dedicaron al final, momentos a sí firman un capítulo.

Ahora podemos ver un curioso cambio de roles en el matrimonio.  Antonio está más en casa, se pone el delantal y  está pendiente de la peque y Merche, en cambio, asume las responsabilidades y problemas de la bodega. Ella no quiere darle un disgusto en su estado con la situación caótica. Prácticamente están en la ruina y les han vuelto a engañar, el gestor se llevó todo el dinero y dejó muchas deudas, otro don Pablo.  Antes era Antonio el que ocultaba por proteger, ahora lo hace Merche, quien, además, saca su genio Milano y se impone a Maurín, “a partir de ahora las cuentas las llevo yo, ¿estamos o no estamos” . Demostró a todos que puede ponerse al frente y que controla de vino. No hay que subestimarla y menos, por ser mujer.


UN DISGUSTO DE LA HOSPITALERA
Pero esto no quiere decir que Merche sea de piedra y que los nervios  no le jueguen una mala pasada. Como los hijos, los padres también pueden equivocarse y  ella se excedió abroncando a María. Se desbordó al ver que la niña había tirado por la borda todo un curso escolar adrede por una estúpida promesa.  La bronca desde luego era merecida, pero Merche tuvo que templar un poco su reacción, más tarde se dio cuenta y se arrepintió. Antonio, en cambio, sí que fue más suave con María, vio que la peque no quería darle un disgusto “de la hospitalera”. Además él cree que todo lo que le pasa es consecuencia del huracán del año anterior y por tanto, culpa suya. Decide tomarse las cosas con calma.


LOS ALEGRES DIVORCIADOS
Miguel también vive su propia tormenta, está quizás es más peculiar porque la Loba es mucha Loba. “Reconozco que Paquita y yo hemos sido muy felices”, admitía en su cortejo. Ellos son los alegres divorciados, un ni contigo, ni sin ti que no se decide y, en medio de todo, Pepe, que parece más moneda de cambio que un querer verdadero de ella.  Tras ver a Miguel en los brazos de Wanda, Paca decide tomar medidas en el asunto y convertir al leal chófer en camarero del Bistró. Aquí hay mucho problema de orgullo, son personajes muy pasionales, de caracteres muy fuertes. 

NURIA O NUKA
Quizás Carlos tendría prestarles atención para sus relatos, sobre todo ahora que las Musas parece que tardan en llegarle. Qué mal se pasa ante los folios en blancos sin ninguna idea para llenarlos.  Menos mal que estaba el Rana para ponerle en bandeja la historia más disparatada y darle a entender la locura de la Movida. Ese boom de espontaneidad, de arte alternativo, de dejarse llevar, de romper los moldes con champán, llena los días del muchacho. Nuka le da todo eso y mucho sexo del bueno.  

Sin embargo, con ella continúa el misterio, pudimos saber un poquito más de ella.  Pertenece a una familia culta, progre y liberal,  de padres separados. La madre trabaja en una editora y tiene un lío con un escritor casado, David (José Pedro Carrión).  Pero lo más destacable es la relación madre e hija, de constante pelea y crítica. Montse (Blanca Martínez), la madre es tolerante pero menosprecia el trabajo de su hija, o es sobre-exigente con ella y la compara con su hermana Ana. Esto parece desestabilizar mucho a la muchacha que siente que no es querida por ella. “Nuka y yo somos más parecidas de lo que ella piensa”,  le advierte la madre a Carlos. Hemos visto a una Nuria frágil, insegura, que tiene puesta tras su aire creativo y especial, toda una coraza de la que no quiere ni hablar y que el Heredero va a tener que descubrir y cuidar.


SI TODO FUERA ESO
La peque les dio un buen disgusto, pero saben que es una niña buena e inteligente y que les quiere por encima de todo.  El pobrecillo no sabe que su bodega está en peligro y que hay más que está por venir, la semana que viene le darán la peor de las noticias sobre Desi. Menos mal que ya les tenemos juntos,  Antonio y Merche por muchos problemas que tengan, entre los dos sacan tiempo para respirar hondo, contemplarse y quererse, saben que eso ya es motivo suficiente para tirar adelante.  Sin duda, y sobre todo en su caso el cielo es mucho mejor si se vive a dos.

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CANCIONES

ESCENAS


2 comentarios:

  1. Un capítulo insustancial para una temporada insustancial... espero que mejore la cosa porque si no, me parece que ya va a tocar decir adiós, con toda la pena del mundo...

    Muy bonito post, por cierto ;) ;)

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  2. No es "dejar", si no "dejad" ;) Las órdenes se expresan con imperativos. Un saludo.

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